
El senador Juan Carlos Romero, con su bigotito imperial delator (bigote que representará casi su único legado senatorial), levantó su mano derecha para tomar la palabra y consignar: “Obra en secretaría un proyecto de resolución firmado por varios senadores, que está también en la banca de cada uno, para que sea puesto en consideración”. Ni una palabra del contenido del “proyecto de resolución”, ni un senador solicitando la palabra para abstenerse o manifestarse en contra, dado que ese es el procedimiento para oponerse durante una votación a mano alzada, con acuerdo previo a la labor parlamentaria, es decir: resulta indistinto levantar o no la mano para asentir.
Lo que sí quedó en evidencia es que el senador Lousteau pretendía hacerse el sota, charlando con la senadora Tagliaferri sobre lo difícil que es conseguir la figurita del Dibu Martínez después de un año y cuatro meses que pasó el mundial de Qatar. Un voto con la siniestra al mejor estilo “no-look” Ronaldinho.
Uno se pregunta si los cuerpos colegiados no nacieron en el fondo para diluir responsabilidades a la hora de tomar decisiones complejas. Es decir: sabiendo que se están por mandar una cagada, procurar que la misma se reparta en pequeños cerotes de chivo, en directa correspondencia con la porción de desvergüenza que cada cual puede asumir. Sin embargo, uno de los caballitos de batalla a los que recurren con exagerada frecuencia los “honorables senadores” es el gran nivel de responsabilidad de su tarea. Justamente, su responsabilidad… ¡hay que ser caradura! En el año 2023, a lo largo, ancho y alto de TODO el año 2023, tuvieron ocho reuniones: una preparatoria, cuatro especiales, una informativa, una en minoría y ¡sólo una reunión ordinaria!

Si hubiera que abonarles una dieta por su responsabilidad creo que el balance mostraría a las claras que están en deuda con la Nación Argentina. A lo mejor, este aumento justamente sea para ponerse al día y cubrir con la Nación y las Provincias que representan el profundo déficit en el que se encuentran por su poca productividad legislativa: ¡oigan, sean conscientes que ni siquiera tenemos un procurador general designado con acuerdo de ustedes! ¡Faltan cualquier cantidad de juzgados federales por cubrir! No sé… ¡pónganse de acuerdo y formulen un plan de dotación de infraestructura nacional! Dejen de rascarse ahí abajo con las dos manos…
Bueno, por lo menos algunos tuvieron que desocupar una de esas manos de la minuciosa tarea de rascarse para votar afirmativamente (al cohete, por el acuerdo previo).
En general, quienes no tuvieron reparo ni se pusieron colorados para aumentarse la dieta, usaron su mano y brazo derechos para extenderlos por arriba de su testa.
Lousteau en cambio usó tenuemente su siniestra, escondida entre dos monitores mientras ensalzaba la trascendencia del portero de la selección con su vecina. A veces, tratar de disimular termina revelando la miseria humana de forma más contundente que yendo de frente.
Para eso sí son eficientes: después de todo, si hay algo trascendente para la salud de la República, es precisamente la dieta.
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